Y sigo sin saber nada de Hugo desde que se fue de mi casa la otra noche, bueno mentira, me llamó una vez y no me dio tiempo a cogerlo, pero es que le he llamado después de eso unas cien veces y todavía no he conseguido que me coja el teléfono... ¿le habrá pasado algo?, improbable, lo más lógico será que haya perdido el móvil o algo así... En fin, dejémonos de tonterías y vamos a lo que vamos, que empiezo las clases en hora y media.
Una vez lista y desayunada recojo mis cosas para ir hacia la universidad, reviso que llevo todo, miro dentro del bolso y allí veo las llaves, monedero, móvil y un par de cosas más. Saco el móvil y observo que tiene poca batería, ¿qué hago?, ¿lo dejo aquí en casa cargando o me lo llevo por si acaso me llama Hugo?, al final decido llevármelo, si no, no voy a pensar en otra cosa durante todo el día; miro el reloj, uf, quedan solo 20 minutos, bajo corriendo hasta la calle, me meto en el coche y me dirijo hacia la universidad, espero que no haya atasco, así tardare tan sólo quince minutos...
¡Suerte!, hay un sitio cerca, aparco y me dirijo rápidamente hacia mi facultad, pro desgracia había atasco y voy muy justa de tiempo... Cuando entro el clase, un par de minutos tarde, el profesor todavía no ha llegado, y tras otros 10 minutos de espera nos comunican que no va a venir en todo el día, lo cual significa que tenemos aproximadamente una hora libre, ¡genial!
- ¿Qué tal con Hugo Clara?- me pregunta Alma, a quien conozco desde los cinco años.
-¿Eh qué?, bien, bien...
- Todavía no te ha llamado, ¿no?- sentenció con tono crítico.
- No, no me ha llamado... ¡Alguna razón tendrá! - respondí lo más segura que pude.
-Seguro que sí- me dijo con la clara intención de animarme.
Charlamos durante un rato más para pasar el tiempo hasta que es la hora de la siguiente clase, entramos en el aula y detrás nuestro entra el profesor, ¡vaya!, este si que ha venido. Me siento dispuesta a enterarme de la clase, pero en cuanto el profesor empieza a explicar mis pensamientos comienzan a divagar y me voy a las nubes...
Por fin han terminado las clases, de vuelta a casa... De repente me suena el móvil, ¡que sea él, que sea él!..
lo saco y... en efecto es Hugo.
-¿Sí?
- Esto... hola Clara, soy Hugo.
- Ah, ¡hola Hugo!, ¿qué tal? - le digo haciéndome la tonta.
- Eh, bien, bien. Oye, ¿te importa que me pase por tu casa a eso de las nueve?- me pregunta con una connotación que no llego a entender del todo.
- Sí, claro, te veo a las nueve.
- Gracias, ¡un beso!
Si quiere venir a casa será por algo, es como un tenemos que hablar pero velado... ¿de qué querrá hablar?
Bueno, no me voy a montar películas que luego me arrepiento, seguro que no es nada grave.
Voy para casa dándole vueltas a lo de Hugo, ¿cómo le habrá salido la prueba esa extraña que tenía?, ¿será de eso de lo que quiere hablar?, no creo, eso me lo podía haber contado por teléfono, o no, pero no es algo como para vernos inmediatamente esta noche, tiene que ser algo importante, supongo...