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sábado, 19 de marzo de 2011

Capítulo 6. Y seguimos

  -Wow, no ha estado nada mal, ¿no crees?- dice.
Sí, lo cierto es que ha sido increíble, se nota que lo de correr nos ha puesto en forma. Ahora que recuerdo, tengo que irme a casa, mañana he quedado pronto con un patrocinador, así que le digo a Clara:
  -Clara, no quiero que te suene raro pero... tengo que irme a casa, no es que haya venido a echar un polvo y listo, es que tengo que irme, mañana he de madrugar.
Me mira con cara extraña, pero al final sonríe y dice:
  -Tranquilo, vete a casa, ya nos veremos otro día, ya tienes mi número.
Así que me visto y me voy a casa, uf, la verdad es que es un buen trecho caminando, pero en fin, es lo que tiene.
Llego a casa, me pongo el pijama, entro al baño para lavarme los dientes, de reojo veo algo extraño... bah, será el alcohol haciendo de las suyas, si no, no tiene sentido, no entiendo por qué, pero hay algo que no me cuadra, voy a dormir y ya mañana lo miraré con detenimiento.
Tumbado en la cama comienzo a darle vueltas a lo que hice ayer, lo que he hecho esta noche y lo que tengo que hacer mañana; lo de ayer lo tengo borroso, será que estoy demasiado dormido, bueno, esta noche ha estado bien, ¡quién me iba a decir a mi lo de Clara!, me gusta el orden y mi ritmo cuadriculado, pero esto no ha estado nada mal, veré como cuadro a Clara en mis días; bien, entonces, mañana a las 9:30 he quedado con el patrocinador, menos mal que no tengo que hacer una demostración y sólo tengo que presentar los resultados y estadísticas, si no iba listo; gracias a dios el equipo esta fuerte últimamente, de 8 competiciones llevamos dos oros, dos platas y un bronce, si conseguimos este patrocinador nos soluciona la temporada, así qué no puedo perder la oportunidad.
No puedo dormirme, ¿qué sería lo que no me encajaba antes?, estoy casi seguro de que hay algo fuera de su sitio, hay algo que no debería estar, si hay algo peor que romper mi rutina y mi costumbre, es que haya algo mal, pero que no sepa lo que es, eso me saca de quicio, no puede ser, serán imaginaciones mías, pero, me ha parecido ver algo que no debería ser así, bah, lo mejor será que me duerma por ahora, ya tendré tiempo para paranoias. Pero justo antes de dormirme se me cruza de nuevo ese pensamiento, que será lo que no encaja en el baño, nada evidente, es tan sólo un detalle, pero, ¿qué es?, ¿qué es?...

jueves, 17 de marzo de 2011

Capítulo 5. Y seguimos

Tss, esto va a estar chupado, mírala como me sonríe, va a resultar que no es tan tímida... Se acerca y me pregunta:
  -¿Bailas?
Bailamos, ella se pega a mi; si, definitivamente, esta tirado.
Después de bailar un rato, se me tira, literalmente, y antes de que me de cuenta, me besa, no he tenido ni que currármelo, bendito alcohol, gracias por hacer el trabajo. Le devuelvo el beso y, apartando a la gente, nos dirigimos al baño, la chica está lanzada, no sé si de verdad es tímida o lo hizo para hacerse la interesante, pero, desde luego, ahora está echa una fiera.
La chica se dejaba hacer, parece que está disfrutando, yo también; estaba activa, se movía, parece que está ansiosa; vamos a darle el gusto...
Después de lo que fue, debo confesarlo, un polvo increíble, pantalones arriba y de vuelta a la fiesta.
  -Eh, espera,-dice Sheila- ten, toma mi número de móvil, más te vale llamarme.
Noto un tono extraño en esa última parte de la frase, bueno, ya veremos si llamo o no llamo; de momento vamos a darnos una vueltecita por la fiesta, necesito una copa, voy a buscar a Melisa.
  -¿Has pasado un buen rato?- me pregunta Melisa.
  -Uno de los mejores.- digo mientras cojo una copa.
  -Espero que no me hayáis dejado el baño hecho un asco, que sabes que te obligo a limpiarlo, ¡eh!
  -Jajaja, que va, tu tranquila, ademas, mira, para allá que van Marco y Marta, si eso, ¡qué limpien ellos!
Después de beber y reírnos un rato, se acercaron el resto de mis amigos y Melisa, sacando de un armario un paquete, me lo da diciéndome:
  -¡Felicidades de parte de todos, Guille!
  -Joder, ya estáis haciendo cosas innecesarias.-gruño.
Pero lo cierto es que me ha gustado bastante esto, he de admitirlo, se lo han currado, supongo que tengo que abrirlo, no me lo puedo creer, es un despertador. Empiezo a reírme yo solo, ahí lo han clavado, intentaré que este me dure.
  -Tíos, lo habéis clavado, muchas gracias, así cada vez que me despierte con la mala hostia habitual me acordare de todos vosotros para no reventar el despertador.-digo entre risas.
  -¡Eh, pues hay quien pensaba en poner fotos para ver la de cual te cargabas antes!-dice Marco, idea suya eso, seguro.
Tras ese momento de carcajadas volvemos a la fiesta; no parecía que nadie la diera por terminada, no nos movemos de aquí hasta dentro de un buen rato, ha sido una noche cumbre.

martes, 15 de marzo de 2011

Capítulo 4. Esto es la noche

Uf, ¿por qué estoy nervioso?, si ni siquiera sabía lo de Clara hasta esta mañana, supongo que será precisamente por eso; mis hábitos se basan en la rutina, en un control, tiene que haber un orden, bueno, tampoco es que una cita lo altere todo, ¿no?, espera, ¿es esto una cita?, no creo, no vamos los dos solos, entonces no cuenta como cita, está claro que no es una cita, simplemente es salir por ahí con unos amigos, entre los cuales se encuentra Clara, a la cual, por lo visto, le gusto, eso complica las cosas, porque, que yo sepa, no sentía nada por ella hasta esta mañana, ¿verdad?, joder que lío, parezco una niña adolescente, venga vamos a calmarnos y a ver las cosas fríamente. Conclusión, no siento nada por ella, pero, ¿qué hay de malo en ir a pasarlo bien una noche?, decidido, luego está lo que Clara piense, hay que ver, que manía tengo por complicarlo todo, vamos a ver lo que ocurre, no me queda otra, solo faltan quince minutos para estar en el bar donde hemos quedado, así que salgo por la puerta hacia allí.
Bien, la liamos, resulta que mis amigos han decidido que estemos solos Clara y yo, así que así estamos, ella y yo por un lado y el resto por el otro, murmurando algo, y conociendo a Charly, quién ha venido no sé por qué, seguro que son apuestas.
  -¿Estás aquí?- pregunta Clara.
  -¿Cómo?, eh, sí, perdona.
  -Bueeeno, parece que nos han dejado solos por alguna razón, ¿no crees?- me dijo haciendo notar la última parte.
Vale, definitivamente esto es una cita.
Después de bebernos un par de copas, me invitó a su casa, acepté, claro. Nos acercamos a los demás para despedirnos, Charly ganó la apuesta, salimos del bar y nos fuimos a su casa, que estaba a unos 10 minutos del bar.
Entramos en su piso, nos tomamos la última copa, y fuimos a la cama...

Capítulo 3. Esto es la noche

Bien, ya he salido de la universidad, ahora a comer a casa y a prepararme para pillarnos una buena esta noche, con la tontería de ser mi cumpleaños conseguiré que me inviten a beber, perfecto, borrachera de gratis.
Antes de que llegue a casa Marco me agarra para llevarme a un grupo de gente que había al lado, como siempre, dando la nota, suelta:
  -Mira Sheila, aquí está Guille, ¿no le vas a felicitar?
La chica no estaba nada mal en absoluto, pero todo lo que hizo ante el comportamiento de Marco fue agachar la cabeza y casi susurrar:
  -Felicidades Guille.
  -Sheila y sus amigas se vienen esta noche con nosotros.-dice Marco para no estar callado más de treinta segundos.
Oh, debuti, a lo mejor si resulta rentable esta noche, bueno ya se verá, lo mismo el alcohol suelta un poco a esta chica.
En fin, me despido y me voy a casa dándole vueltas a lo de esta noche.

Al fin son las once, dios se me ha echo eterno, pero a lo que vamos, salgo a la calle y ahí están todos, han venido en dos coches así que no tengo que coger la moto, perfecto, no quiero tener que cargar con el casco toda la noche. Me subo en el coche de Marco, donde también están esa chica, Sheila, y las que supongo que serán dos de sus amigas. Cuando veo que no nos dirigimos al local que dijimos de ir le pregunto a Marco:
  -¿A donde coño estamos yendo tío?
  -Jajaja, tu tranquilo, resulta que hay quien tiene una casa libre, le he contado que era tu cumpleaños, y le he conseguido convencer para que ponga su casa para la fiesta, todos están avisados, no te ralles.
Genial, una casa para nosotros, ya imagino de quién será. En efecto, en cuanto llegamos al portal reconocí la casa, sí, la noche va a estar muuuy bien.
Sale a recibirnos Melisa, la dueña de la casa, me felicita y todos para dentro, encendemos la música y empezamos con la fiesta. Lo malo de que sea tu cumpleaños es que tienes que aguantar que capullos que ni siquiera conoces venga a felicitarte como si fueran tus colegas de toda la vida, putos parásitos.
Tal y como sospechaba, después de un par de copitas Sheila se iba soltando, antes de ir a hablar con ella me cogió Melissa y me llevó con mis colegas, Marco, Claudia, Gon, Alex y Marta, el resto están perdidos por la fiesta, por lo menos estos no son parásitos, charlo un ratito con ellos, y después de que Marco grite lo de que Sheila se puso roja al intentar hablarme me dieron el coñazo para que fuera a hablar con ella, como si no fuera a hacerlo sin sus sugerencias. El caso, me bebí lo que me quedaba de copa y fui a hablar con ella, me acerque con una media sonrisa, al parecer ella ya iba con el puntillo, porque me miró directamente a los ojos y me respondió con una amplia y pícara sonrisa.

lunes, 14 de marzo de 2011

Capítulo 2. Primer despertar

Suena el despertador, me levanto, las 9 en punto, sábado 17, bien así podremos aprovechar bien el día, subo las persianas para disfrutar de la luz del día, dejo que el calor de los rayos del sol me llene durante un instante. Me ducho y bajo a desayunar, me duele un poco la cabeza, así que me preparo un desayuno contundente, dos huevos fritos y 5 lonchas de bacon, una buen vaso de leche y, para el molesto dolor de cabeza, un paracetamol.
Tras ese gran desayuno, con el chandal puesto, bajo a correr una hora, como suelo hacer los fines de semana, además, hoy he quedado para correr con Clara, como llevamos haciendo las últimas dos semanas. Llego al parque donde hemos quedado y ahí está ella, me ve y me sonríe diciendo:
  -Hola Hugo, ¿listo para que te de una paliza?
  -Ja, primero intenta seguir mi ritmo, luego ya empieza con los alardes.
Después de correr quedo con ella para esta misma noche y me voy para mi casa, el dichoso dolor de cabeza no para, es como si tuviera resaca, en  fin, ducha fresquita y se me pasará enseguida.
Después de comer voy a casa de Charly, un amigo que ha venido de Estados Unidos para estudiar en España, en su casa nos tomamos unas cervecitas y nos echamos un pro, es algo que no falla, es como una tradición, como lo de levantarme y abrir las persianas. Le cuento que he quedado con Clara por la noche, la cara con la que me mira es de foto, y acto seguido empieza a reirse a carcajadas, le pregunto el por qué.
  -Joder tío, ya iba siendo hora de que te lanzaras, ¿o te pensabas que empezó a ir a correr contigo porque le gusta madrugar los sábados para hacer ejercicio?, estás en las putas nubes tío. ¡Buena suerte!-esa fue su respuesta.
Ahora que lo pienso todo encaja, esas risitas, ese interés repentino por el ejercicio, ¡seré capullo!, bueno, ya veremos como se desarrolla la noche.

Capítulo 1. Primer despertar

Suena el despertador, uno nuevo por cierto, ya van tres este año, mal despertar, lo apago y miro la pantallita:
09:00, joder que temprano, dichosa universidad. Me levanto, y sin encender la luz ni subir las persianas para no quedarme ciego me dirijo al baño para darme una ducha, de repente me fijo en el calendario de al lado del armario, dieciséis de abril, ¡mi cumpleaños!, tan dormido estoy que ni me he acordado, uff, ya van 22, bueno vamos a la ducha que sino no terminamos nunca, una vez en el baño, enciendo la luz, ¡joder!, tal como me esperaba, es el peor momento del día.
Duchado y algo más despierto, me visto y salgo a la cocina a desayunar, solo tengo 15 minutos así que engullo las tostadas y me bebo el café de un trago, algo de cafeína siempre ayuda a despejarse. Bajo corriendo a la calle y continuo a ese ritmo hasta llegar a la universidad, que está a dos calles de mi casa, y entro en clase justo antes que el profesor, ¡hoy estoy que lo tiro!
Me siento en mi sitio, entonces llega Marco, uno de mis mejores amigos, y según entra por la puerta grita:
  -¡Feliz cumpleaños Guille!
Puto notas, siempre haciendo el capullo:
  -Gracias tío, vente aquí y siéntate antes de que te larguen de clase- le digo.
Después de un breve murmullo de "¡felicidades!" por parte del resto de la clase, el profesor nos manda callar a todos y comienza con la clase, la cual, a pesar de ser hoy mi cumpleaños, no va a ser muy amena, pero en fin, vamos a aguantar que esta noche nos vamos de fiesta, tendré eso en mente.