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lunes, 25 de abril de 2011

Capítulo 10. Cambio de perspectiva

Y sigo sin saber nada de Hugo desde que se fue de mi casa la otra noche, bueno mentira, me llamó una vez y no me dio tiempo a cogerlo, pero es que le he llamado después de eso unas cien veces y todavía no he conseguido que me coja el teléfono... ¿le habrá pasado algo?, improbable, lo más lógico será que haya perdido el móvil o algo así... En fin, dejémonos de tonterías y vamos a lo que vamos, que empiezo las clases en hora y media.
Una vez lista y desayunada recojo mis cosas para ir hacia la universidad, reviso que llevo todo, miro dentro del bolso y allí veo las llaves, monedero, móvil y un par de cosas más. Saco el móvil y observo que tiene poca batería, ¿qué hago?, ¿lo dejo aquí en casa cargando o me lo llevo por si acaso me llama Hugo?, al final decido llevármelo, si no, no voy a pensar en otra cosa durante todo el día; miro el reloj, uf, quedan solo 20 minutos, bajo corriendo hasta la calle, me meto en el coche y me dirijo hacia la universidad, espero que no haya atasco, así tardare tan sólo quince minutos...

¡Suerte!, hay un sitio cerca, aparco y me dirijo rápidamente hacia mi facultad, pro desgracia había atasco y voy muy justa de tiempo... Cuando entro el clase, un par de minutos tarde, el profesor todavía no ha llegado, y tras otros 10 minutos de espera nos comunican que no va a venir en todo el día, lo cual significa que tenemos aproximadamente una hora libre, ¡genial!
  - ¿Qué tal con Hugo Clara?- me pregunta Alma, a quien conozco desde los cinco años.
  -¿Eh qué?, bien, bien...
  - Todavía no te ha llamado, ¿no?- sentenció con tono crítico.
  - No, no me ha llamado... ¡Alguna razón tendrá! - respondí lo más segura que pude.
  -Seguro que sí- me dijo con la clara intención de animarme.
Charlamos durante un rato más para pasar el tiempo hasta que es la hora de la siguiente clase, entramos en el aula y detrás nuestro entra el profesor, ¡vaya!, este si que ha venido. Me siento dispuesta a enterarme de la clase, pero en cuanto el profesor empieza a explicar mis pensamientos comienzan a divagar y me voy a las nubes...

Por fin han terminado las clases, de vuelta a casa... De repente me suena el móvil, ¡que sea él, que sea él!..
lo saco y... en efecto es Hugo.
  -¿Sí?
  - Esto... hola Clara, soy Hugo.
  - Ah, ¡hola Hugo!, ¿qué tal? - le digo haciéndome la tonta.
  - Eh, bien, bien. Oye, ¿te importa que me pase por tu casa a eso de las nueve?- me pregunta con una connotación que no llego a entender del todo.
  - Sí, claro, te veo a las nueve.
  - Gracias, ¡un beso!
Si quiere venir a casa será por algo, es como un tenemos que hablar pero velado... ¿de qué querrá hablar?
Bueno, no me voy a montar películas que luego me arrepiento, seguro que no es nada grave.

Voy para casa dándole vueltas a lo de Hugo, ¿cómo le habrá salido la prueba esa extraña que tenía?, ¿será de eso de lo que quiere hablar?, no creo, eso me lo podía haber contado por teléfono, o no, pero no es algo como para vernos inmediatamente esta noche, tiene que ser algo importante, supongo...

domingo, 10 de abril de 2011

Capitulo 9. Cambio de perspectiva

Ya me imaginé que el capullo este no me iba a llamar, mira que es cabrón, después de lo de la fiesta quise creer que sí que me llamaría, pero al fin y al cabo no es más que otro tío, ¡si le vuelvo a ver!, si le vuelvo a ver...
Después de la vergüenza que me hizo sentir Marco cuando nos presentó, ahora va a pasar de mi, ¡de mi! No lo creo, pero bueno, ¿a quién quiero engañar?, si no me ha llamada ya es que no le interesaba más que para un polvo y punto. Sí, esto es un poco deprimente, es martes y todavía no me ha llamado, han pasado tres días, tres días, eso es más del margen que normalmente les permito, pero es que este... pfff.
Suena el teléfono...
  - ¿Si?
  - Hola Sheila, soy yo, Guille.
Hombre, mira quien se digna a llamar al final.
  - ¿Qué quieres?-voy a ponérselo difícil.
  - Bueno, no te llamé antes porque no pude, el fin de semana no podía porque estuve durmiendo y no me encontraba demasiado bien, y el lunes no se que me pasó... Pero quería llamarte, enserio, normalmente hubiera llamado antes, y aunque las excusas suenen patéticas, son ciertas...
Sí, las excusas son demasiado poco creíbles, ¿qué estaba demasiado cansado?, ¿y qué?, ¿no podía haber sacado 5 minutos para llamarme?, ¡5 minutos!, tampoco es tan difícil, ¿no?
  - ¿Y...?.- le dije insinuándome.
  - ¿Quedamos luego?, ¿a las 6?, en el bar donde íbamos a haber ido la otra noche, ¿vale?
Eso es chaval, arréglalo rapidito antes de que cambie de opinión.
  - Está bien, ya me contarás sobre lo de estos últimos días... ¡Un besito!
Se despidió y colgué.
Bueno, me va a tocar perdonarle, parece que se siente culpable de verdad por no llamarme, si lo hace bien esta tarde definitivamente le perdonaré, ¿por qué me ablando tanto?, bueno, suena arrepentido. Continué respondiéndome esa excusa todo el día, así me sentiría bien si le perdonaba, al fin y al cabo, nos lo pasamos bien y ya se ha disculpado, ¿por qué no volver a probar?
Llegaron las cinco y media, me dirigí al local donde habíamos quedado. Cuando llegué, él ya estaba ahí, se levanta, inevitablemente, le sonrío; se acerca, me saluda, pedimos unas cervezas y nos sentamos en una mesa apartada y comenzó a hablar:
  - ¡Estás estupenda, Sheila!
Vaya, míralo, empieza con un piropo, que mono...
  - Gracias.- Respondí ruborizándome... ¡ruborizándome! uff...
  - Mira, he estado pensando que, después de lo del viernes, y aparte de hoy, podríamos vernos más veces, ¿no crees?
¡Oh! vaya... parece que a él también le apetece repetir... hmmm, voy a dejarle seguir, a ver que se le ocurre a partir de ahora.
  - ¡Claro!-Le respondo haciendo notar mi entusiasmo, pero no digo nada más para que continúe él con la conversación.
Y en efecto, así lo hizo, pero yo lo único que hacia era asentir como una boba, me estaba fijando en él, mejor dicho, le estaba estudiando de arriba a abajo, esos ojos marrones profundos con un tono verdoso, el pelo corto y negro como el carbón, los brazos bien definidos, como los de un deportista, su ancha espalda...
Pero sus ojos, no hacía más que perderme en ellos, ya había perdido el hilo de la conversación por completo, yo sólo nadaba en las profundidades de esos ojos que no hacían más que absorberme... no le hacía falta siquiera hablar, si se hubiera quedado ahí sentado simplemente sin hacer nada también habría ocurrido lo mismo, me perdería en su mirada... ¿Estaba enfadada con él?, imposible...
  - ¿Estás de acuerdo con esto?-Esta pegunta me sacó de mi sueño, pero volví a asentir cono una tonta.
  - Por supuesto. -No tengo ni idea de con qué, pero estoy de acuerdo con él.
Continuamos hablando, más bien, continuó hablando mientras yo le observaba.
Y así se no hicieron las once de la noche, debería irme... pero no puedo apartar mi vista de nuevo de él...
Debió de sentir que tenía ganas de irme cuando miré el reloj, porque se levantó y dijo que ya iba siendo hora de irse, tiene razón, no queramos alargar esto demasiado, por hoy ha estado bien, más que bien...
Nos despedimos y cada uno nos fuimos por nuestro lado, y volví casa más feliz que nunca, esta sonrisa no me la borra nadie...

lunes, 28 de marzo de 2011

Capítulo 8. Empieza a vislumbrar

Odio desperdiciar días enteros sin hacer nada, tan solo durmiendo, menos mal que solo es domingo y el patrocinador me había dejado un mensaje en el buzón de casa diciéndome que ayer no podía ir a verme, si no, hubiera faltado y hubiera perdido esta oportunidad, eso no me lo puedo permitir, no he estado currándomelo tanto todo este tiempo para que al final, después de todo el tiempo invertido en mi resistencia y en mi técnica, me quede dormido por salir una noche con una chica y me joda la carrera, bueno, pero no ha pasado, tengo otra oportunidad esta tarde, uf, esta tarde, estoy desquiciado de los nervios, he quedado con él a las cinco y cuarto y todavía son las 12 de la mañana del lunes, tengo que concienciarme y prepararme para lo de esta tarde y no pensar en las imaginaciones de borracho sobre una cosa extraña en el baño, porque esta mañana estaba todo perfecto y en su sitio, el despertador en la mesita de noche y el baño ordenado con cada cosa en su sitio, seguramente que no vi nada, mi propia sombra o algo así.
Dios, a quien quiero engañar, estoy enparanoiado con lo de anoche, y, por cierto, otro factor que ha hecho que el patrocinador haya cambiado la fecha de nuestra entrevista es para poder verme nadar, ya no va a ser solo papeleo y enseñarle unos vídeos, voy a tener que batir mis mejores tiempos, cosa que es prácticamente imposible teniendo en cuenta que los hice cuando estaba en mi mejor forma, así que por lo menos voy a tener que mantenerlos, cosa bastante difícil de hacer cuando estoy pensando en algo extraño de una noche de borrachera, algo no muy propio de mi, si no esta es que no existe, si no hay pruebas es que no existe, si no está ahí es que no existe, por lo tanto, lo que creí haber visto no existe, no es tan difícil... Sí, díselo a mi subconsciente, a ver si te hace caso, no tiene sentido dejar de pensar en algo, cuanto más lo intentas, más piensas en ello para intentar olvidarlo, por ejemplo, no he pensado en absoluto en lo que hice ayer dormido, no recuerdo mi sueño, lo cierto es que me vienen como sensaciones, ni siquiera son imágenes, son sensaciones, como eso de que te vas a caer cuando estás dormido, debería centrarme en lo de esta tarde y dejarme de tonterías, llevo planeando esto mucho tiempo, para eso está el calendario de la pared de mi cuarto, tiene pocas fechas apuntadas, y una era esta, mi oportunidad para poder salir del club en el que estoy, de poder nadar y competir por mí mismo, es una oportunidad entre un millón, un momento... ¡el calendario!, voy corriendo y lo veo, están rodeados el día de ayer, que era cuando quedé con el patrocinador, y el 16... ¿por qué esta rodeado el 16?, ¿qué se me está olvidando ahora?, ¿será que me equivoqué al apuntar la cita con el patrocinador?, lo dudo mucho, soy demasiado metódico para que me pase eso, y si fue así, lo habría borrado y tan solo se vería ligeramente el trazo, cosa que no es así, bien, otro tema más para desconcentrarme esta tarde y arruinar lo que llevo varios años preparando.
Vamos a ver, pensemos fríamente, que en eso soy experto, ¿que significa el 16 para mí?, nada, absolutamente nada, ¿el día antes de conocer a Clara?, imposible, no soy capaz de predecir el futuro, y todo ser racional lo apunta con anterioridad, sea lo que sea, además no tiene sentido apuntar el día de antes de conocer a alguien, otro factor a tener en cuenta es que yo no hago ese tipo de chorradas, mi cerebro está para algo, para recordar, no necesito apuntarme ese tipo de fechas sin ningún significado importante.
Tengo que dejar de darle vueltas a la cabeza con eso, comer, descansar una hora y largarme a la piscina para calentar un rato antes de que llegue el patrocinador, y después de eso ir a ver a Charly, que aparte de ser mi amigo, es un psicólogo bastante bueno, sinceramente, me fío de su opinión y cuando no me puedo fiar de mi cabeza una ayudita suya no está de más, seguramente me mandará que descanse un tiempo, pero no pierdo nada por ir a hablar con él un rato, necesito saber qué es lo que está pasandome, porque, como me afecta a mi no puedo ver todos los hechos con la claridad necesaria para poder realizar un análisis objetivo y preciso sobre el tema, si no estoy loco ya lo voy a estar de pensar sobre tantas cosas absurdas en este momento; venga a comer, que ya se me han hecho las dos entre una cosa y otra... ¡Qué manera de perder el tiempo!
Voy a comer y a dedicarme a lo que tengo que dedicarme de una vez.
Salgo de mi casa y me dirijo a la piscina, al salir me parece que una chica me saluda tímidamente, no la reconozco, pero por educación la devuelvo el saludo de paso, se me queda mirando, bah le habré gustado, ¡qué más da!
Una vez llego a la piscina veo a un hombre con traje sentado en uno de los bancos de la entrada, es él, es el patrocinador, ¿qué hace aquí tan pronto?
  -Hola Hugo,- me saluda aquel hombre- mi nombre es Marco Lozano, de la empresa que te quiere proporcionar el patrocinio, sabía que vendrías antes para calentar, suponíamos que serías de ese tipo de persona. Me recuerdas mucho a un amigo de mi sobrino del que siempre me está hablando, decidido a hacer las cosas sí o sí.-añade con amabilidad.
Menos mal, parece que la entrevista ha comenzado con buen pie, lo cierto es que su cara me resulta familiar, conoceré a su sobrino.
  -¿Cómo se llama su sobrino, señor Lozano?
  -¡Marco!, igual que yo y que su padre, es una tradición familiar, pero vamos a lo que hemos venido aquí, ¿te parece?, tienes 20 minutos para calentar y empezamos, no nos decepciones.
Aquel hombre irradiaba seguridad y respeto, es simpático, pero como no mantenga mis marcas me negará la financiación sin ningún tipo de miramiento, eso seguro... bien, llevo listo para esto toda mi vida, no pienso estropearlo ahora, vamos allá. Así se me olvidaron de repente todas las paranoias de mi cabeza, ¡esta es la mía!

viernes, 25 de marzo de 2011

Capítulo 7. Empieza a vislumbrar

Buah, a pesar de haber dormido un día entero tengo una resaca de la ostia, menos mal que tengo todo el día de hoy para descansar, porque mañana es lunes y hay que ir a la universidad, ¡dios! no me puedo levantar, ¡qué pereza! Me parece que Sheila se queda sin que la llame hoy tampoco, además, seguro que está igual de reventada que yo. De la fiesta de Melisa volvimos a eso de las 5 por no sé que rayada de Marco, y no me apetecía volver a pata, así que a las 5 y pico en casa y a sobar hasta hoy domingo. Hoy creo que no me voy a levantar hasta dentro de un rato, y como el despertador que me regaló esta gente no esta puesto hoy no hay problema de interrupciones, miro a la mesilla de noche y... ¡eh!, ¿donde coño está el despertador?, joder, como lo haya perdido me van a asesinar, en contra de mi voluntad me levanto a buscarlo, hago todo el recorrido que recuerdo que hice al llegar a casa después de la fiesta, miro en el salón, no, no está ahí, en la cocina tampoco, pffff, como lo haya perdido o me lo haya dejado por ahí me pego un tiro, busco por mi habitación y tampoco lo encuentro ahí, mejor será que me espabile para buscarlo mejor, entro al baño, enciendo la ducha y me meto dentro, el agua fresquita para despertarme del todo.
Después de estar un rato en la ducha, despejándome e intentando recordar lo que hice con el despertador, salgo de la ducha, me miro en el espejo para ver hasta que punto llega mi estado de demacración, ¡joooder que ojeraaas!, ¿es qué dormir no vale para nada?, en fin, voy a coger el desodorante y veo ahí el dichoso despertador, ¿pero qué cojones hace el despertador aquí?, ¿tan borracho acabé la otra noche?, desde luego, voy a tener que empezar a controlarme un poquito, el despertador en el baño, ningún sentido tiene, bueno, lo cojo y lo pongo en la mesita de noche, que es donde debería de estar desde el principio.
Ya que estoy levantado y despierto vamos a intentar aprovechar un poco el día, ¿llamo a Sheila?, uf, ahora si eso, primero voy a llamar a Melisa para ver como acabó la casa.
  -¡Hombre!, ¿que tal la hibernación Guille?- me dice Melisa según coge el teléfono, noto cierto cabreo, así que voy a tener que ir con cuidadito.
  -Hola Meli, ¿cómo terminó la cosa el viernes?
  -Bien, después de que os fuerais vosotros la gente se empezó a marchar enseguida, y, aunque la casa no terminó muy sucia, ¡nadie se quedó para ayudarme a recoger! - vale, ya entiendo su cabreo, Melisa es así, que ella ponga sus ganas y luego nadie la ayude es algo que la revienta, yo, en condiciones normales, habría ido a ayudar, solo tenía que haberme llamado y... oh, cierto, apagué mi móvil para poder sobar tranquilo.
  -Uf, lo siento Meli, apagué mi móvil y no me he despertado hasta esta mañana.
  - Ya imaginaba algo así, es habitual que de repente desaparezcas un día o dos o una semana, te llame como ochocientas veces, a punto de reventar el teléfono por el dichoso contestador de apagado o fuera de cobertura, en fin, llamé a los demás y vinieron a ayudarme, Marco me contó que llevabas una fina al llegar a tu casa, ¿fue así?
  -Así debió de ser, porque cuando me he levantado no recordaba donde estaba el despertador que me regalasteis y lo encontré en el baño, ¡en el baño!, te lo puedes creer, tenía que ir bastante tocado jajaja.
Entre carcajadas la oí decir algo parecido a:
  -Sí, me lo imagino perfectamente, siempre acabas haciendo alguna cosa extraña, pero bueno tampoco es para tanto, un despertador en el baño, es menos que cuando metiste el mando de la tele en la nevera o cuando metiste el tupper con pollo cerrado en el lavavajillas y cosas así, ¿no crees?
  -Que graciosa que eres Meli, bueno, te dejo que tengo que llamar a Sheila no vaya a ser que se emparanoie y la liemos, venga, ¡hasta luego!
  -Cuídate Guille.
Se me acaban de quitar todas las ganas de aprovechar el día, voy a tirarme en el sofá a ver la tele y voy a atracar mi nevera, lo de llamar a Sheila puede esperar al lunes, o si eso a la semana que viene, si no, ya se encargará Marco de que nos volvamos a encontrar, de momento, a comer y a vaguear, que hay que recuperar fuerzas.
Hay algo de lo que ha dicho Melisa que me ha descolocado, nunca me había dado cuenta de que me faltan algunos días, deben ser días en los que hice lo mismo que hoy, dormir un día entero, de todos modos, siempre que hago eso siento como si no hubiera dormido nada, esos días que dice Melisa que desaparezco deben ser esos días, pero tampoco han sido tantos, ¿o si?, no sé, como lo del horario y las fechas no son lo mío probablemente hayan sido más de los que recuerdo ahora mismo, otra cosa, lo de desaparecer un día mientras duermo vale, pero lo de una semana es una exageración, nunca he dormido una semana entera, es imposible, y a no ser que me fuera de vacaciones, los que siempre tienen noticias mías son Marco y Melisa, será exagerada, otro rasgo de Melisa es que tiende un poco a dramatizar, aunque parecía decirlo en serio, bah, será que todavía estoy medio sobado y no rindo bien, vamos a darle a la buena vida de vaguería hoy, que ya mañana hay que tomárselo un poco más en serio.

sábado, 19 de marzo de 2011

Capítulo 6. Y seguimos

  -Wow, no ha estado nada mal, ¿no crees?- dice.
Sí, lo cierto es que ha sido increíble, se nota que lo de correr nos ha puesto en forma. Ahora que recuerdo, tengo que irme a casa, mañana he quedado pronto con un patrocinador, así que le digo a Clara:
  -Clara, no quiero que te suene raro pero... tengo que irme a casa, no es que haya venido a echar un polvo y listo, es que tengo que irme, mañana he de madrugar.
Me mira con cara extraña, pero al final sonríe y dice:
  -Tranquilo, vete a casa, ya nos veremos otro día, ya tienes mi número.
Así que me visto y me voy a casa, uf, la verdad es que es un buen trecho caminando, pero en fin, es lo que tiene.
Llego a casa, me pongo el pijama, entro al baño para lavarme los dientes, de reojo veo algo extraño... bah, será el alcohol haciendo de las suyas, si no, no tiene sentido, no entiendo por qué, pero hay algo que no me cuadra, voy a dormir y ya mañana lo miraré con detenimiento.
Tumbado en la cama comienzo a darle vueltas a lo que hice ayer, lo que he hecho esta noche y lo que tengo que hacer mañana; lo de ayer lo tengo borroso, será que estoy demasiado dormido, bueno, esta noche ha estado bien, ¡quién me iba a decir a mi lo de Clara!, me gusta el orden y mi ritmo cuadriculado, pero esto no ha estado nada mal, veré como cuadro a Clara en mis días; bien, entonces, mañana a las 9:30 he quedado con el patrocinador, menos mal que no tengo que hacer una demostración y sólo tengo que presentar los resultados y estadísticas, si no iba listo; gracias a dios el equipo esta fuerte últimamente, de 8 competiciones llevamos dos oros, dos platas y un bronce, si conseguimos este patrocinador nos soluciona la temporada, así qué no puedo perder la oportunidad.
No puedo dormirme, ¿qué sería lo que no me encajaba antes?, estoy casi seguro de que hay algo fuera de su sitio, hay algo que no debería estar, si hay algo peor que romper mi rutina y mi costumbre, es que haya algo mal, pero que no sepa lo que es, eso me saca de quicio, no puede ser, serán imaginaciones mías, pero, me ha parecido ver algo que no debería ser así, bah, lo mejor será que me duerma por ahora, ya tendré tiempo para paranoias. Pero justo antes de dormirme se me cruza de nuevo ese pensamiento, que será lo que no encaja en el baño, nada evidente, es tan sólo un detalle, pero, ¿qué es?, ¿qué es?...

jueves, 17 de marzo de 2011

Capítulo 5. Y seguimos

Tss, esto va a estar chupado, mírala como me sonríe, va a resultar que no es tan tímida... Se acerca y me pregunta:
  -¿Bailas?
Bailamos, ella se pega a mi; si, definitivamente, esta tirado.
Después de bailar un rato, se me tira, literalmente, y antes de que me de cuenta, me besa, no he tenido ni que currármelo, bendito alcohol, gracias por hacer el trabajo. Le devuelvo el beso y, apartando a la gente, nos dirigimos al baño, la chica está lanzada, no sé si de verdad es tímida o lo hizo para hacerse la interesante, pero, desde luego, ahora está echa una fiera.
La chica se dejaba hacer, parece que está disfrutando, yo también; estaba activa, se movía, parece que está ansiosa; vamos a darle el gusto...
Después de lo que fue, debo confesarlo, un polvo increíble, pantalones arriba y de vuelta a la fiesta.
  -Eh, espera,-dice Sheila- ten, toma mi número de móvil, más te vale llamarme.
Noto un tono extraño en esa última parte de la frase, bueno, ya veremos si llamo o no llamo; de momento vamos a darnos una vueltecita por la fiesta, necesito una copa, voy a buscar a Melisa.
  -¿Has pasado un buen rato?- me pregunta Melisa.
  -Uno de los mejores.- digo mientras cojo una copa.
  -Espero que no me hayáis dejado el baño hecho un asco, que sabes que te obligo a limpiarlo, ¡eh!
  -Jajaja, que va, tu tranquila, ademas, mira, para allá que van Marco y Marta, si eso, ¡qué limpien ellos!
Después de beber y reírnos un rato, se acercaron el resto de mis amigos y Melisa, sacando de un armario un paquete, me lo da diciéndome:
  -¡Felicidades de parte de todos, Guille!
  -Joder, ya estáis haciendo cosas innecesarias.-gruño.
Pero lo cierto es que me ha gustado bastante esto, he de admitirlo, se lo han currado, supongo que tengo que abrirlo, no me lo puedo creer, es un despertador. Empiezo a reírme yo solo, ahí lo han clavado, intentaré que este me dure.
  -Tíos, lo habéis clavado, muchas gracias, así cada vez que me despierte con la mala hostia habitual me acordare de todos vosotros para no reventar el despertador.-digo entre risas.
  -¡Eh, pues hay quien pensaba en poner fotos para ver la de cual te cargabas antes!-dice Marco, idea suya eso, seguro.
Tras ese momento de carcajadas volvemos a la fiesta; no parecía que nadie la diera por terminada, no nos movemos de aquí hasta dentro de un buen rato, ha sido una noche cumbre.

martes, 15 de marzo de 2011

Capítulo 4. Esto es la noche

Uf, ¿por qué estoy nervioso?, si ni siquiera sabía lo de Clara hasta esta mañana, supongo que será precisamente por eso; mis hábitos se basan en la rutina, en un control, tiene que haber un orden, bueno, tampoco es que una cita lo altere todo, ¿no?, espera, ¿es esto una cita?, no creo, no vamos los dos solos, entonces no cuenta como cita, está claro que no es una cita, simplemente es salir por ahí con unos amigos, entre los cuales se encuentra Clara, a la cual, por lo visto, le gusto, eso complica las cosas, porque, que yo sepa, no sentía nada por ella hasta esta mañana, ¿verdad?, joder que lío, parezco una niña adolescente, venga vamos a calmarnos y a ver las cosas fríamente. Conclusión, no siento nada por ella, pero, ¿qué hay de malo en ir a pasarlo bien una noche?, decidido, luego está lo que Clara piense, hay que ver, que manía tengo por complicarlo todo, vamos a ver lo que ocurre, no me queda otra, solo faltan quince minutos para estar en el bar donde hemos quedado, así que salgo por la puerta hacia allí.
Bien, la liamos, resulta que mis amigos han decidido que estemos solos Clara y yo, así que así estamos, ella y yo por un lado y el resto por el otro, murmurando algo, y conociendo a Charly, quién ha venido no sé por qué, seguro que son apuestas.
  -¿Estás aquí?- pregunta Clara.
  -¿Cómo?, eh, sí, perdona.
  -Bueeeno, parece que nos han dejado solos por alguna razón, ¿no crees?- me dijo haciendo notar la última parte.
Vale, definitivamente esto es una cita.
Después de bebernos un par de copas, me invitó a su casa, acepté, claro. Nos acercamos a los demás para despedirnos, Charly ganó la apuesta, salimos del bar y nos fuimos a su casa, que estaba a unos 10 minutos del bar.
Entramos en su piso, nos tomamos la última copa, y fuimos a la cama...

Capítulo 3. Esto es la noche

Bien, ya he salido de la universidad, ahora a comer a casa y a prepararme para pillarnos una buena esta noche, con la tontería de ser mi cumpleaños conseguiré que me inviten a beber, perfecto, borrachera de gratis.
Antes de que llegue a casa Marco me agarra para llevarme a un grupo de gente que había al lado, como siempre, dando la nota, suelta:
  -Mira Sheila, aquí está Guille, ¿no le vas a felicitar?
La chica no estaba nada mal en absoluto, pero todo lo que hizo ante el comportamiento de Marco fue agachar la cabeza y casi susurrar:
  -Felicidades Guille.
  -Sheila y sus amigas se vienen esta noche con nosotros.-dice Marco para no estar callado más de treinta segundos.
Oh, debuti, a lo mejor si resulta rentable esta noche, bueno ya se verá, lo mismo el alcohol suelta un poco a esta chica.
En fin, me despido y me voy a casa dándole vueltas a lo de esta noche.

Al fin son las once, dios se me ha echo eterno, pero a lo que vamos, salgo a la calle y ahí están todos, han venido en dos coches así que no tengo que coger la moto, perfecto, no quiero tener que cargar con el casco toda la noche. Me subo en el coche de Marco, donde también están esa chica, Sheila, y las que supongo que serán dos de sus amigas. Cuando veo que no nos dirigimos al local que dijimos de ir le pregunto a Marco:
  -¿A donde coño estamos yendo tío?
  -Jajaja, tu tranquilo, resulta que hay quien tiene una casa libre, le he contado que era tu cumpleaños, y le he conseguido convencer para que ponga su casa para la fiesta, todos están avisados, no te ralles.
Genial, una casa para nosotros, ya imagino de quién será. En efecto, en cuanto llegamos al portal reconocí la casa, sí, la noche va a estar muuuy bien.
Sale a recibirnos Melisa, la dueña de la casa, me felicita y todos para dentro, encendemos la música y empezamos con la fiesta. Lo malo de que sea tu cumpleaños es que tienes que aguantar que capullos que ni siquiera conoces venga a felicitarte como si fueran tus colegas de toda la vida, putos parásitos.
Tal y como sospechaba, después de un par de copitas Sheila se iba soltando, antes de ir a hablar con ella me cogió Melissa y me llevó con mis colegas, Marco, Claudia, Gon, Alex y Marta, el resto están perdidos por la fiesta, por lo menos estos no son parásitos, charlo un ratito con ellos, y después de que Marco grite lo de que Sheila se puso roja al intentar hablarme me dieron el coñazo para que fuera a hablar con ella, como si no fuera a hacerlo sin sus sugerencias. El caso, me bebí lo que me quedaba de copa y fui a hablar con ella, me acerque con una media sonrisa, al parecer ella ya iba con el puntillo, porque me miró directamente a los ojos y me respondió con una amplia y pícara sonrisa.

lunes, 14 de marzo de 2011

Capítulo 2. Primer despertar

Suena el despertador, me levanto, las 9 en punto, sábado 17, bien así podremos aprovechar bien el día, subo las persianas para disfrutar de la luz del día, dejo que el calor de los rayos del sol me llene durante un instante. Me ducho y bajo a desayunar, me duele un poco la cabeza, así que me preparo un desayuno contundente, dos huevos fritos y 5 lonchas de bacon, una buen vaso de leche y, para el molesto dolor de cabeza, un paracetamol.
Tras ese gran desayuno, con el chandal puesto, bajo a correr una hora, como suelo hacer los fines de semana, además, hoy he quedado para correr con Clara, como llevamos haciendo las últimas dos semanas. Llego al parque donde hemos quedado y ahí está ella, me ve y me sonríe diciendo:
  -Hola Hugo, ¿listo para que te de una paliza?
  -Ja, primero intenta seguir mi ritmo, luego ya empieza con los alardes.
Después de correr quedo con ella para esta misma noche y me voy para mi casa, el dichoso dolor de cabeza no para, es como si tuviera resaca, en  fin, ducha fresquita y se me pasará enseguida.
Después de comer voy a casa de Charly, un amigo que ha venido de Estados Unidos para estudiar en España, en su casa nos tomamos unas cervecitas y nos echamos un pro, es algo que no falla, es como una tradición, como lo de levantarme y abrir las persianas. Le cuento que he quedado con Clara por la noche, la cara con la que me mira es de foto, y acto seguido empieza a reirse a carcajadas, le pregunto el por qué.
  -Joder tío, ya iba siendo hora de que te lanzaras, ¿o te pensabas que empezó a ir a correr contigo porque le gusta madrugar los sábados para hacer ejercicio?, estás en las putas nubes tío. ¡Buena suerte!-esa fue su respuesta.
Ahora que lo pienso todo encaja, esas risitas, ese interés repentino por el ejercicio, ¡seré capullo!, bueno, ya veremos como se desarrolla la noche.

Capítulo 1. Primer despertar

Suena el despertador, uno nuevo por cierto, ya van tres este año, mal despertar, lo apago y miro la pantallita:
09:00, joder que temprano, dichosa universidad. Me levanto, y sin encender la luz ni subir las persianas para no quedarme ciego me dirijo al baño para darme una ducha, de repente me fijo en el calendario de al lado del armario, dieciséis de abril, ¡mi cumpleaños!, tan dormido estoy que ni me he acordado, uff, ya van 22, bueno vamos a la ducha que sino no terminamos nunca, una vez en el baño, enciendo la luz, ¡joder!, tal como me esperaba, es el peor momento del día.
Duchado y algo más despierto, me visto y salgo a la cocina a desayunar, solo tengo 15 minutos así que engullo las tostadas y me bebo el café de un trago, algo de cafeína siempre ayuda a despejarse. Bajo corriendo a la calle y continuo a ese ritmo hasta llegar a la universidad, que está a dos calles de mi casa, y entro en clase justo antes que el profesor, ¡hoy estoy que lo tiro!
Me siento en mi sitio, entonces llega Marco, uno de mis mejores amigos, y según entra por la puerta grita:
  -¡Feliz cumpleaños Guille!
Puto notas, siempre haciendo el capullo:
  -Gracias tío, vente aquí y siéntate antes de que te larguen de clase- le digo.
Después de un breve murmullo de "¡felicidades!" por parte del resto de la clase, el profesor nos manda callar a todos y comienza con la clase, la cual, a pesar de ser hoy mi cumpleaños, no va a ser muy amena, pero en fin, vamos a aguantar que esta noche nos vamos de fiesta, tendré eso en mente.