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viernes, 25 de marzo de 2011

Capítulo 7. Empieza a vislumbrar

Buah, a pesar de haber dormido un día entero tengo una resaca de la ostia, menos mal que tengo todo el día de hoy para descansar, porque mañana es lunes y hay que ir a la universidad, ¡dios! no me puedo levantar, ¡qué pereza! Me parece que Sheila se queda sin que la llame hoy tampoco, además, seguro que está igual de reventada que yo. De la fiesta de Melisa volvimos a eso de las 5 por no sé que rayada de Marco, y no me apetecía volver a pata, así que a las 5 y pico en casa y a sobar hasta hoy domingo. Hoy creo que no me voy a levantar hasta dentro de un rato, y como el despertador que me regaló esta gente no esta puesto hoy no hay problema de interrupciones, miro a la mesilla de noche y... ¡eh!, ¿donde coño está el despertador?, joder, como lo haya perdido me van a asesinar, en contra de mi voluntad me levanto a buscarlo, hago todo el recorrido que recuerdo que hice al llegar a casa después de la fiesta, miro en el salón, no, no está ahí, en la cocina tampoco, pffff, como lo haya perdido o me lo haya dejado por ahí me pego un tiro, busco por mi habitación y tampoco lo encuentro ahí, mejor será que me espabile para buscarlo mejor, entro al baño, enciendo la ducha y me meto dentro, el agua fresquita para despertarme del todo.
Después de estar un rato en la ducha, despejándome e intentando recordar lo que hice con el despertador, salgo de la ducha, me miro en el espejo para ver hasta que punto llega mi estado de demacración, ¡joooder que ojeraaas!, ¿es qué dormir no vale para nada?, en fin, voy a coger el desodorante y veo ahí el dichoso despertador, ¿pero qué cojones hace el despertador aquí?, ¿tan borracho acabé la otra noche?, desde luego, voy a tener que empezar a controlarme un poquito, el despertador en el baño, ningún sentido tiene, bueno, lo cojo y lo pongo en la mesita de noche, que es donde debería de estar desde el principio.
Ya que estoy levantado y despierto vamos a intentar aprovechar un poco el día, ¿llamo a Sheila?, uf, ahora si eso, primero voy a llamar a Melisa para ver como acabó la casa.
  -¡Hombre!, ¿que tal la hibernación Guille?- me dice Melisa según coge el teléfono, noto cierto cabreo, así que voy a tener que ir con cuidadito.
  -Hola Meli, ¿cómo terminó la cosa el viernes?
  -Bien, después de que os fuerais vosotros la gente se empezó a marchar enseguida, y, aunque la casa no terminó muy sucia, ¡nadie se quedó para ayudarme a recoger! - vale, ya entiendo su cabreo, Melisa es así, que ella ponga sus ganas y luego nadie la ayude es algo que la revienta, yo, en condiciones normales, habría ido a ayudar, solo tenía que haberme llamado y... oh, cierto, apagué mi móvil para poder sobar tranquilo.
  -Uf, lo siento Meli, apagué mi móvil y no me he despertado hasta esta mañana.
  - Ya imaginaba algo así, es habitual que de repente desaparezcas un día o dos o una semana, te llame como ochocientas veces, a punto de reventar el teléfono por el dichoso contestador de apagado o fuera de cobertura, en fin, llamé a los demás y vinieron a ayudarme, Marco me contó que llevabas una fina al llegar a tu casa, ¿fue así?
  -Así debió de ser, porque cuando me he levantado no recordaba donde estaba el despertador que me regalasteis y lo encontré en el baño, ¡en el baño!, te lo puedes creer, tenía que ir bastante tocado jajaja.
Entre carcajadas la oí decir algo parecido a:
  -Sí, me lo imagino perfectamente, siempre acabas haciendo alguna cosa extraña, pero bueno tampoco es para tanto, un despertador en el baño, es menos que cuando metiste el mando de la tele en la nevera o cuando metiste el tupper con pollo cerrado en el lavavajillas y cosas así, ¿no crees?
  -Que graciosa que eres Meli, bueno, te dejo que tengo que llamar a Sheila no vaya a ser que se emparanoie y la liemos, venga, ¡hasta luego!
  -Cuídate Guille.
Se me acaban de quitar todas las ganas de aprovechar el día, voy a tirarme en el sofá a ver la tele y voy a atracar mi nevera, lo de llamar a Sheila puede esperar al lunes, o si eso a la semana que viene, si no, ya se encargará Marco de que nos volvamos a encontrar, de momento, a comer y a vaguear, que hay que recuperar fuerzas.
Hay algo de lo que ha dicho Melisa que me ha descolocado, nunca me había dado cuenta de que me faltan algunos días, deben ser días en los que hice lo mismo que hoy, dormir un día entero, de todos modos, siempre que hago eso siento como si no hubiera dormido nada, esos días que dice Melisa que desaparezco deben ser esos días, pero tampoco han sido tantos, ¿o si?, no sé, como lo del horario y las fechas no son lo mío probablemente hayan sido más de los que recuerdo ahora mismo, otra cosa, lo de desaparecer un día mientras duermo vale, pero lo de una semana es una exageración, nunca he dormido una semana entera, es imposible, y a no ser que me fuera de vacaciones, los que siempre tienen noticias mías son Marco y Melisa, será exagerada, otro rasgo de Melisa es que tiende un poco a dramatizar, aunque parecía decirlo en serio, bah, será que todavía estoy medio sobado y no rindo bien, vamos a darle a la buena vida de vaguería hoy, que ya mañana hay que tomárselo un poco más en serio.

8 comentarios:

  1. el mando en la nevera? el tupper en el lavavajillas? jajaj he de admitir que me he reido. esta guaay salv :)

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  2. jajajajaja ves locka, este blog renta,
    gracias esther!!

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  3. muchacho esta quedando bien!! el mejor capitulo hasta ahora

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  4. empiezo a ver la tramaa!!! me gustaaa

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